Historia

Cloris nació en una aldea rural remota, escondida en lo profundo de un vasto bosque. Su familia vivía de forma autosuficiente: cultivaba sus propios alimentos, criaba animales y cazaba animales salvajes. Desde pequeña, aprendió a usar el arco y la flecha, una habilidad que se transmitió de generación en generación. La vida fue dura, pero le enseñó resiliencia, disciplina y un profundo respeto por el equilibrio de la naturaleza.

De niña, Cloris pasaba la mayor parte del tiempo explorando la naturaleza. Mientras otros se quedaban cerca de casa, ella se adentraba más en el bosque, rastreando animales, observando plantas y aprendiendo los ritmos del terreno. Sus instintos naturales y su ojo agudo la convirtieron en una cazadora excepcional mucho antes de llegar a la edad adulta. No solo sobrevivió en la naturaleza, sino que prosperó en ella.

Con el tiempo, su curiosidad se transformó en determinación. Cloris se sumergió en el conocimiento de la supervivencia, leyendo sobre bushcraft y técnicas de vida silvestre. Desde construir refugios improvisados hasta encender fogatas sin herramientas, se esforzó por dominar todos los aspectos de la vida al margen de la red. Para ella, la autosuficiencia no era solo una habilidad, sino una forma de vida.

A los 18 años, Cloris emprendió su camino por su cuenta. Con solo su arco, flechas y lo esencial, se aventuró en el bosque para forjar su propio camino. Los primeros días fueron desalentadores. Luchó por encontrar agua limpia, la comida escaseaba y el silencio de la soledad puso a prueba su espíritu. Pero su preparación dio sus frutos. Sus instintos se agudizaron, sus habilidades tomaron el control y convirtió la naturaleza en su hogar.

Ahora, en un mundo congelado y destrozado, Cloris se yergue como símbolo de independencia y supervivencia. No lucha por poder ni reconocimiento, sino para proteger la vida que construyó con sus propias manos y para demostrar que, incluso en los mundos más hostiles, la naturaleza recompensa a los valientes y preparados.